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PATRICK MODIANO, PREMIO NOBEL DE LITARATURA 2014


Patrick Modiano, en una reciente imagen tomada en París

El escritor ha sido galardonado por la Academia Sueca «por el arte de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más inasibles y descubierto el mundo de la ocupación»




Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945) ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2014, según ha anunciado laAcademia Sueca en Estocolmo.
El escritor francés ha sido galardonado «por el arte de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más inasibles y descubierto el mundo de la ocupación». Hace dos días, el propio Modiano rechazaba con un gesto amable la mera hipótesis de su «candidatura» al Premio Nobel de Literatura, que finalmente ha ganado, contra todo pronóstico.
Se trata del triunfo espectacular de una carrera consagrada esencialmente a reescribir algunas de las páginas más oscuras y siniestras de la historia de Francia. El padre de Patrick Modianofue un personaje oscuro, muy relacionado con traficantes y policías que trabajaron e hicieron grandes negocios vendiendo de casi todo -mercancías, hombres, mujeres- al ejército de ocupación nazi. Modiano hijo nació en 1945. Toda su vida y su obras están marcadas por esa historia paterna.
La madre de Patrick Modiano fue una actriz que comenzó a hacer carrera durante la ocupació nazi y terminó separándose de su marido, para comenzar otras vidas, acompañada, finalmente, de Jean Cau, que había sido secretario personal de Jean Paul Sartre.

Una vida de «exilio interior»

Las complejas relaciones de sus padres condenaron al joven Patrick Modiano a una vida de «exilio interior», errante entre diversos internados, donde siempre fue pasablemente infeliz. La muerte prematura privó al futuro novelista del más íntimo de sus cómplices. Toda la obra de Modiano echa sus raíces en esos problemas íntimos. Y en la geografía parisina de tales catástrofes familiares.
El novelista ha viajado poco. Y toda su vida personal oscila entre dos o tres barrios parisinos. Sus novelas comienzan siempre con la búsqueda de lejanas «raíces» de oscuros personajes perdidos en la historia íntima de seres perdidos y descarriados.

La «contra historia»

Novela tras novelas, Modiano ha escrito una suerte de «contra historia» de varios barrios parisinos, muy marcados por catástrofes históricas. El novelista se «pierde» corriendo tras las sombras de oscuros personajes cuyas ambigüedades hablan de las ambigüedades más atroces de personajes emblemáticos, protagonistas de siniestras historias bien históricas, durante la ocupación, durante la guerra de Argelia, durante las sucesivas crisis de una Francia errante por las oscuras aguas de una grave crisis de identidad.
Patrick Modiano vive desde hace años en un barrio céntrico y acomodado. Hace una vida tranquila y sencilla. Habla poco. Deambula mucho por las librerías de viejo de su barrio. Buena parte de su geografía mítica, en París, coincide con la geografía mítica de dosgrandes maestros españoles, Azorín y Pío Baroja. «Es curioso eso que usted me dice -me comentaba, hace un par de años-, quizá debiera leer a esos grandes maestros».
ABC


El francés Patrick Modiano gana el Nobel de Literatura



Las obsesiones de Modiano

Una entrevista realizada en el 2009 y que fue publicada en el diario El País


Vivió desde niño impresionado por las ausencias, los garajes y las guías de teléfonos. El autor francés persigue en sus novelas las huellas de otros y dibuja un París "casi onírico". Varios de sus títulos coinciden en las librerías.

"Ya me he dado cuenta de que me repito: siempre es alguien que busca a alguien. Siempre es así. Y siempre es inconsciente"

"El París de mis novelas nace de las cosas que me impresionaron cuando era un adolescente. Es como un cuadro de Magritte"


Un día de hace casi 20 años, Patrick Modiano encontró en un viejo periódico parisino de principios de los cuarenta un pequeño anuncio que le impresionó. Decía así: "Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55 metros, rostro ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport gris,pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París". Modiano se obsesionó con el anuncio, con la chica y con la historia que ahí latía, en parte porque él había visitado mucho esa calle de adolescente. Se convirtió en una especie de detective privado contratado por sí mismo. Pronto descubrió que Dora Bruder era judía, que tras escaparse de casa fue detenida por la policía colaboracionista y deportada a Auschwitz, donde murió. Modiano buscó más. Revisó los archivos policiales, espulgó las viejas guías de teléfonos de París que nunca faltan en su casa, consultó fichas municipales, entrevistó a varios testigos de la época y del barrio que pudieran aún recordar que la conocieron. Anduvo como un lunático errando por las calles que Dora recorrió y que él conocía bien por haberlas andado de adolescente; entraba en los portales de los edificios que ella habitó y se quedaba ahí, quieto, esperando no se sabe qué... Ya no encontró nada más. Tenía el fin de la historia de Dora Bruder pero muy poca cosa de ella. Su rastro se había perdido casi definitivamente, como tantos otros. Sin embargo, con ese casi, con esas minúsculas certidumbres y utilizando también como material narrativo su propia obsesión y su búsqueda, Modiano escribió una joya estremecedora titulada Dora Bruder que habla de la memoria, de la dignidad y de la vida, contenida en apenas un centenar largo de páginas que ahora se vuelve a publicar en España.


"Luego, con los años, y con el libro ya publicado, me llegó algo más de documentación sobre Dora. Y me planteé la cuestión de si merecía la pena reescribir la novela o no. Decidí que no. No soy historiador. Soy novelista. No importa tanto el resultado de la búsqueda como la búsqueda en sí. Así que la novela se quedó como está".
PREGUNTA. ¿Y por qué esa obsesión por alguien que no conoce de nada?
RESPUESTA. Yo también me he hecho muchas veces esa pregunta: ¿por qué estás obsesionado con las huellas de otras personas? Y creo que es porque vivo en el siglo XX o XXI. Si yo hubiera vivido en el siglo XIX habría escrito novelas rurales: largas novelas redondas y completas. Pero en esta época todo es fragmentario, y las grandes ciudades favorecen eso, el anonimato, que el rastro de las personas se pierda. No sé si me explico
... También es verdad que yo siempre he estado impresionado por las desapariciones, por las ausencias. Por eso me fascinan las viejas guías de teléfonos en las que aparecen los nombres de los abonados, porque de un año al otro hay gente que desaparece, que se va
..., en especial de algunos barrios, como el XVI.
P. Precisamente, muchas de sus novelas se desarrollan en esa parte de París, el XVI, cerca de Trocadero, que no tiene nada de especial. ¿Por qué?
R. Por eso, porque no tiene nada de especial. Muchos lo consideran un típico barrio burgués. Pero no es así del todo. Tiene una parte de barrio anónimo, banal, sin monumentos históricos, donde uno puede imaginarse cosas. En otros barrios parisinos te sientes bloqueado por la historia. En Trocadero y sus alrededores uno puede observar las calles y la gente que las habita de una manera un poco onírica. Es un barrio donde, en determinadas calles, la gente desaparecía mucho. Como le he dicho, yo lo he comprobado con las guías de teléfonos. Hay una suerte de movilidad extraña. Es un barrio burgués, pero tiene su lado extraño... Luego están mis propios recuerdos de infancia y adolescencia...Todo es un poco confuso. Yo no conozco Madrid, pero estoy seguro de que en Madrid debe de haber barrios así...
Patrick Modiano es muy alto, muy amable, algo torpe y muy tímido. Duda al hablar, le cuesta acabar las frases y su muletilla favorita es "no sé si me explico". Vive en una vieja casa a la espalda del Jardín de Luxemburgo, no muy lejos del barrio donde pasó parte de su infancia: todo un síntoma de su relación con el tiempo y la memoria. El cuarto desde el que escribe es una habitación semicircular, tapizada de libros con una ventana también muy alta que da a un jardincito interior. Hay un diván arrugado en el que se sienta a leer cuando no trabaja. Escribe dos o tres horas al día sentado a una mesa colocada frente a la ventana y al jardín. Nunca más. Asegura que si hiciera caso a su carácter, terminaría sus novelas de un tirón, sin detenerse, pero que se obliga a refrenarse y a parar cuando han pasado esas dos horas a fin de mantener una tensión que sólo él percibe pero que, según él, es esencial para que la obra culmine.
Este hombre acogedor y atento nacido en 1945 es simplemente uno de los más importantes escritores vivos en Francia, dueño de un mundo propio, autor de más de 30 obras, ganador del Goncourt o del premio de novela de la Academia Francesa, entre otros. En España se han publicado recientemente, además de la citada Dora Bruder, En el café de la juventud perdida, Reducción de condena y Calle de las tiendas oscuras. Confiesa con naturalidad que escribe desde que tenía 20 años porque no sabe hacer otra cosa. No ha trabajado jamás en nada que no sea sentarse dos horas enfrente de esa ventana y pasarse las 22 restantes del día pensando en las páginas que quedan. Sus novelas siempre son cortas y exactas, transcurren siempre en los años cuarenta o sesenta, en un París particular y vagamente irreal, dilatado, enorme, donde siempre hay garajes, adolescentes abandonados a su suerte que se agotan en brutales caminatas errabundas y adultos que se buscan unos a otros como dentro de un laberinto: un verdadero territorio mítico que comparte con el París real los nombres de las calles y la ubicación precisa de los números. Él mismo es un maniático de la topografía parisina y si uno le menciona una calle cualquiera no es raro que Modiano no sólo la conozca, sino que la haya recorrido o la hayan recorrido sus personajes.
P. ¿Por qué las direcciones y los números de los portales son tan precisos?
R. El París de mis novelas, más que un París de hace décadas, es un París interior, casi onírico, que nace de las cosas que me impresionaron cuando yo era un adolescente. Y para que ese lado onírico se desarrolle, es preciso que las direcciones sean exactas. Puede que el edificio que se describe sea banal, no importante, pero sí que su ubicación en la novela sea perfecta. Es como un cuadro de Magritte: los objetos, aunque de carácter onírico, están dibujados de forma muy nítida.
P. ¿Y por qué unas direcciones y no otras?
R. Porque las guardo en la memoria: la dirección, el número, el edificio...
P. ¿Y ha cambiado mucho París desde su adolescencia?
R. El centro no ha cambiado tanto porque no se pueden destruir los edificios históricos. Pero en los barrios periféricos sí se han demolido muchas manzanas. Además, cuando yo era adolescente, existía en París una suerte de... fantástica mezcla de la sociedad. Por ejemplo, en el barrio de Les Halles, cuando aún existía el mercado, a partir de medianoche, con los camiones que iban y venían, o el barrio de la prensa, alrededor del Boulevard Reaomur, había una especie de sociedad fantástica y atrayente, todo estaba muy animado, no sé cómo decirlo. Incluso Los Campos Elíseos, o en Pigalle. Ahora es diferente. Y eso me ha marcado.
P. ¿Y su barrio, Saint-Germain-des-Près?
R. Ha cambiado muchísimo desde mi infancia. Aparte de los dos cafés, Les Deux Magots y Le Flore, era un barrio muy provinciano, por así decir. Había una mezcla muy extraña. Por una parte, era un barrio muy tranquilo, con personas mayores sentadas en la plaza, y por otra, había cafés modernos y lugares donde se tocaba jazz. Me acuerdo, cuando yo iba a la escuela, que estaba en la Rue Dauphine, de que a veces pasábamos por una tienda a comprar bombones y veíamos a Picasso o a Giacometti. Todo mezclado, no se perdía el lado provinciano.
P. En
Calle de las tiendas oscuras hay un detective sin memoria que busca su propio pasado; en En el café de la juventud perdida todos los personajes se preguntan lo que fue de una chica que les impresionó; enDora Bruder usted mismo se convierte en un investigador
... ¿No le da la impresión de escribir continuamente la misma novela?
R. Sí, sí. Yo ya me he dado cuenta de que me repito: siempre es alguien que busca a alguien, o alguien que intenta recuperar las huellas de alguien. Siempre es así. Y siempre es inconsciente. Luego me digo: mira, esto ya lo has hecho. Las cosas vuelven. Es por un sentimiento íntimo de ausencia, de abandono. Por eso intento buscar las huellas de las personas.
P. Se ha dicho que en su infancia está la clave de toda su obra.
R. Puede ser. Pero no es por una especie de nostalgia de la infancia. Es más por las cosas que yo he observado y que me impresionaron durante aquel tiempo. Hay una clase de atención especial, que hace que las cosas te impresionen fuertemente cuando eres un niño. Además, ese periodo para mí es triste. Sé que hay niños felices, pero mi infancia fue triste. Además, hay conversaciones que no entiendes bien y que te dan miedo. Cuando yo era niño me paseaba solo por París. Eso era impactante a esa edad porque normalmente a los niños no les dejan pasearse solos. Yo podía. Experimentaba al mismo tiempo miedo y curiosidad. Por eso la infancia: por esas primeras imágenes que te impresionan para siempre.
P. En
Pedigrí, una suerte de autobiografía, habla de esa época, y sobre todo de sus padres, él atareado con negocios extraños, ella actriz de segunda, viajera, que le abandonaban con frecuencia...
R. Todo es real. Es una autobiografía un poco especial. Quería hablar de cosas que me hicieron daño y que me resultaban extrañas. En otras autobiografías se habla de cosas íntimas con las que uno está de acuerdo, con las que te reconoces. Yo, por el contrario, quería liberarme de cosas que me hicieron daño. Quería desembarazarme de todo eso que yo no elegí, que no me concernía del todo y que me hizo daño...
P. En casi todas sus novelas los personajes sienten un deseo imperioso de escaparse, de dejar atrás la vida que llevan y que cargan como un fardo que no les pertenece.
R. Esas escenas también provienen de cosas que yo he vivido cuando era niño o adolescente. Provienen del sentimiento de estar encerrado (yo estuve muchos años en internados un poco carcelarios). Además, les suceden por lo general a personajes adolescentes, que tienen entre 17 y 20 años, un periodo en el que por entonces, al menos en Francia, no eras un adulto porque no tenías la mayoría de edad legal pero tampoco eras un adolescente. Tenías la sensación de que todo lo que podías hacer en el mundo era algo clandestino, de que todo estaba prohibido. Yo mismo me he fugado, me he escapado, he hecho esas largas caminatas de adolescente sin parar por París, con una sensación de vértigo.
P. La adolescencia es una zona neutra, sin definir. Usted habla también de las zonas neutras de la ciudad, de París: son precisamente por donde vagan sus personajes.
R. Cuando yo tenía 20 años escribí una topografía de esas zonas neutras en París que tanto me impresionan. Son barrios frontera, situados a la mitad de algo, entre una zona burguesa y otra popular, por ejemplo, zonas sin una identidad precisa, zonas indeterminadas.
P. ¿Y por qué siempre aparecen garajes en sus novelas?
R. Es inconsciente. También viene de la infancia. No sé exactamente por qué. Cuando yo tenía seis o siete años vivía cerca de un barrio a las afueras de París, me cuidaba una mujer un poco extraña que me llevaba a un garaje, con unos coches que me impresionaron. Además, había un olor muy particular, una mezcla rara, un ambiente extraño en esos garajes y eso, ya digo que no sé por qué, me ha marcado. Yo me lo digo a veces: hay demasiados garajes en las novelas, pero no puedo evitarlo.
P. ¿Se continúa paseando por París?
R. Menos que antes. Me sorprendo mucho con la gente más joven. Con sus ropas. Reconozco en muchos de ellos un aire como el de juventud. Los trajes parecen los mismos que yo veía cuando tenía 14 años. No sé.
Casi es la hora de comer. La tarde cae sobre el despacho de Modiano, sobre la ventana alta y el jardín de abajo. El escritor se levanta, pensando en la última frase que acaba de pronunciar. Mira a la ventana y luego a la grabadora que contiene la entrevista. Luego dice:
"Todo ha sido un poco confuso ¿no?".
Dora Bruder. Traducción de Marina Pino Ynsa. Seix Barral. 128 páginas. 16 euros.Calle de las tiendas oscuras. Traducción de María Teresa Gallego. Anagrama. 240 páginas. 17 euros. Carrer de les Botigues Fosques. Traducción de Joan Casas. Proa. Barcelona, 2009. 248 páginas. 18 euros. En el café de la juventud perdida.Traducción de M. T. Gallego. Anagrama. 131 páginas. 14,50 euros. En el cafè de la joventut perduda. Traducción de Joan Casas. Proa. Barcelona, 2008. 144 páginas. 14,50 euros. Un pedigrí. Traducción de M. T. Gallego. Anagrama. 136 páginas. 12 euros. Reducción de condena. Traducción de Tomás Fernández Aúz. Pre-Textos. 117 páginas. 13 euros. La 68ª Feria del Libro de Madrid, que se celebrará del 29 de mayo al 14 de junio, estará dedicada a la cultura francesa. www.ferialibromadrid.com
Antonio Jimenez Barca
El País



Modiano en español

  • Villa triste, 1976.
  • Los bulevares periféricos, 1977. Con el título de Los bulevares de la circunvalación, integrada en Trilogía de la Ocupación, 2012.
  • La ronda de noche, 1979, integrada enTrilogía de la Ocupación,
  • Calle de las tiendas oscuras, 2009.
  • El libro de familia, 1982.
  • Una juventud, 1983.
  • Tan buenos chicos, 1985.
  • El lugar de la Estrella, 1989. Integrada enTrilogía de la Ocupación, 2012
  • Domingos de agosto, 1989.
  • Exculpación, 1989.
  • El rincón de los niños , 1990
  • Viaje de novios, 1991.
  • Más allá del olvido, 1997.
  • Dora Bruder, 1999.
  • Los mundos de Catalina, 2001.
  • Las desconocidas, 2001.
  • Joyita, 2003.
  • Un pedigrí, 2007.
  • En el café de la juventud perdida, 2008.
  • El horizonte,2010
  • Barrio perdido, 2012
  • Flores de ruina y Perro de primavera, 2012.
  • Un circo pasa, 2013.
  • La hierba de las noches, 2014.

¿Y como ha sido la noticia en Francia?
Le  Monde

Patrick Modiano ajoute un Nobel à son « Pedigree »





Voilà une ligne qu’il ne pensait sans doute guère ajouter à son Pedigree (2005) –titre de l’un de ses plus beaux livres, dans lequel il revient sur les vingt premières années de sa vie. Patrick Modiano est le quinzième écrivain français distingué par le prix Nobel de littérature. « Pour l’art de la mémoire avec lequel il a évoqué les destinées humaines les plus insaisissables et dévoilé le monde de l’Occupation », a précisé l’Académie suédoise, dans un communiqué diffusé jeudi 9 octobre, à la mi-journée.

Quand l'éditeur Antoine Gallimard a appelé l’intéressé pour le féliciter, l'écrivain était « très heureux », mais il a répondu avec « sa modestie coutumière » qu’il trouvait cela « bizarre » a raconté la maison d’édition.
L’Occupation, c’est le contexte dans lequel se sont rencontrés ses parents. Une mère flamande, « jolie fille au cœur sec », écrira son fils ; un père juif, Albert Modiano (« J’écris “juif”, en ignorant ce que le mot signifiait vraiment pour mon père et parce qu’il était mentionné à l’époque sur les cartes d’identité »), aux fréquentations et activités louches, pratiquant, sous une fausse identité, le marché noir pendant la guerre.
Leur fils aîné, Patrick, naît en 1945 ; suivi en 1947 par Rudy, qui mourra dix ans plus tard. C’est à ce cadet que Patrick Modiano, au sortir d’une adolescence empreinte de solitude, entre fugues du pensionnat et errances dans les rues deParis, dédiera son premier livre, La Place de l’Etoile (Gallimard, 1968), dont il estime que la publication constitue son véritable acte de naissance. Le livre vaut au jeune homme, protégé de Raymond Queneau, d’être immédiatement remarqué et célébré pour son talent – plus rageur dans ce livre sur l’Occupation qu’il ne le sera par la suite. Les Boulevards de la ceinture (1972) lui vaut le grand prix de l’Académie française, Rue des boutiques obscures (1978), le prix Goncourt, et l’ensemble de son œuvre, le grand prix national des lettres, en 1996. 

En exergue de Villa triste (1975), Patrick Modiano inscrira ce vers de Dylan Thomas : « Qui es-tu, toi, voyeur d’ombres ? » Comme s’il s’adressait la question à lui-même, lui dont l’œuvre est pleine de fantômes et de pénombre, de silhouettes entraperçues et de souvenirs flous, lui qui écrira dans Dora Bruder (1997), extraordinaire enquête sur une jeune fille juive disparue dans le Paris de l’Occupation : « Beaucoup d’amis que je n’ai pas connus ont disparu en 1945, l’année de ma naissance. » Il dira aussi qu’il a « toujours l’impression d’être une plante née du fumier de l’Occupation »
Ses livres ont très tôt fait de Patrick Modiano une figure majeure de la littérature française. Il y a ces déambulations dans les rues de Paris, ces atmosphères crépusculaires, ces enquêtes qui n’en sont pas, qui tournent court, et ces personnages que l’on peut reconnaître d’un livre à l’autre – Patrick Modiano professe que le matériau biographique n’a d’intérêt que s’il est « vaporisé dans l’imaginaire ». Et puis, surtout, la beauté et la fluidité de sa phrase. Il y a aussi le personnage public, qui éveille immédiatement l’affection du public, avec ses phrases hésitantes, pleines de « C’est bizarre » et de points de suspension que laisse traîner sa belle voix basse et cendreuse. Son dernier livre, Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier, hanté par ses thèmes de prédilection, paru le 2 octobre, était un succès de librairie avant même l’annonce du Nobel.

Les comparto lo de Radio Francia Internacional


El escritor francés Patrick Modiano gana el premio Nobel de Literatura


El autor, considerado uno de los narradores contemporáneos más influyentes, se convirtió este jueves en el decimoquinto escritor francés en obtener el galardón. El jurado destacó “el arte de la memoria con el que evocó los destinos humanos más inasibles y desveló el mundo de la Ocupación” nazi.
 Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945) se convirtió este jueves en el decimoquinto escritor francés en obtener el premio Nobel de Literatura.

El autor de unas 30 novelas, entre ellas “El café de la juventud perdida” o “Dora Bruner”, fue recompensado por haber evocado en su obra los destinos humanos más inasibles y desvelado el mundo de la Ocupación” nazi de Francia.

El secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund, indicó ante la televisión pública SVT que la institución no logró contactar con el laureado antes del anuncio.


La obra de Modiano empezó bajo el ala de su mentor Raymond Queneau. La consagración nacional llegó con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa  (1972) y el Premio Goncourt (1978), el más prestigioso de los galardones literarios de Francia.

Varios de sus relatos fueron llevados al cine, entre ellos “Lacombe Lucien”, dirigida por Louis Malle.

Su última novela, "Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier", acaba de llegar a las librerías francesas.

El Nobel de literatura, dotado con 880.00 euros, será entregado el 10 de diciembre.



French Author Patrick Modiano Wins Nobel Literature Prize


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