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LA PÁTINA DEL TIEMPO... Recordando a Manet, que falleció un 30 de abril pero de 1883


Les comparto esta imagen, seguramente, por la sed que tengo. Lo que importa es recordar a este artista

Bebedoras de cerveza

Autor: Edouard Manet 
Fecha: 1878
Museo: Colección Particular
Características: 55 x 46 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Pastel
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Comentario
La relación existente entre Manet y Degas llevará al primero a realizar obras al pastel, técnica que Edgard había puesto de moda entre los impresionistas. Manet empleará el pastel para ejecutar excelentes retratos - véanse los de Irma Bruner o George Moore - y algunas escenas de café como ésta que contemplamos. Dos mujeres anónimas se sitúan en segundo plano, ante unas cortinas, ocupando el primer plano la copa de cerveza, muy cercana al espectador. La influencia de la fotografía se aprecia en la manera de cortar los planos pictóricos. La técnica empleada es rápida, con largos trazos que no impiden detenerse en algunos detalles como los sombreros o los rostros. El colorido no es demasiado vivo, destacando la tonalidad dorada de la bebida. La composición está cargada de intimismo, por lo que recuerda de nuevo a Degas.
Otra imagen

Berthe Morisot con un ramillete de violetas

Autor: Edouard Manet 
Fecha: 1872
Museo: Museo de Orsay
Características: 55 x 38 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Comentario
Manet conoció a Berthe Morisot en los años finales de la década de los 60, iniciándose una duradera amistad con toda la familia que acabó con la boda de Berthe y Eugène, hermano del pintor. En algunas ocasiones posó como modelo para Manet - el Balcón o el Descanso - llegando a tener ciertos celos cuando Eva Gonzalès inició su aprendizaje en el estudio del artista. Morisot también aprendió con Manet y fue una de las más entusiastas defensoras delImpresionismo, destacando sus escenas de carácter intimista en las que sigue a Degas, así como sus paisajes al aire libre. Este retrato es el más conocido de la pintora, vestida con un traje negro y tocada con un sombrero del mismo color. La bella modelo recorta su busto sobre un fondo neutro, más claro en esta ocasión para favorecer el contraste con las tonalidades oscuras del traje. El rostro de Berthe domina la obra, atrae al espectador con sus grandes ojos oscuros, su intensa mirada y su sonrisa, recibiendo un potente foco de luz procedente de la izquierda que destaca aun más sus bellos rasgos. Para llamar más la atención, adorna su escote con un ramillete de violetas. Con esta magnífica obra, Manet demuestra su capacidad como retratista al interesarse por la personalidad de su modelo, por su carácter, como hicieron los grandes genios que él tanto admiraba: Goya y Velázquez.

Édouard Manet

(París, 1832 - id., 1883) Pintor y grabador francés. Hijo de un importante funcionario del ministerio de Justicia, Édouard Manet fue un mediocre estudiante interesado únicamente en el dibujo. Ante la resistencia paterna a que iniciara una carrera artística, trató infructuosamente de ingresar en la Escuela Naval hasta que, tras un segundo intento fallido, su familia accedió a regañadientes a financiar sus estudios artísticos, que inició en 1850 en el taller del pintor clásico Thomas Couture.
Tras seis años de aprendizaje, Édouard Manet se estableció en un estudio propio. En esos primeros tiempos entabló relación con artistas y literatos como Henri Fantin-Latour, Edgar Degas y Charles Baudelaire. A principios de 1860 empezaron a ser reconocidas algunas de sus obras, que merecieron, entre otras, la cálida acogida del crítico y escritor Téophile Gautier.
En 1863, el Salón de Otoño le rechazó un lienzo que iba a resultar trascendental para la posterior evolución de la pintura: Almuerzo sobre la hierba, que fue doblemente criticado, tanto por su temática -muestra a una mujer desnuda flanqueada por dos jóvenes ataviados de forma contemporánea- como por la técnica empleada, revolucionaria lo mismo en el tratamiento de la perspectiva que en el de la representación del entorno natural, bañado en una luz fuerte y contrastada.
Ese mismo año Édouard Manet contrajo matrimonio con la holandesa Suzanne Leenhoff, con quien había tenido un hijo ilegítimo poco antes. En 1865 volvió a escandalizar con la obra Olympia, en la que repitió el tema del desnudo femenino y aumentó aún más la intensidad de la luz ambiental, al tiempo que diluía el contorno de figuras y objetos hasta lograr imágenes prácticamente bidimensionales. Denegada su inclusión en la exhibición pictórica que se realizó con motivo de la Exposición Universal de 1867, improvisó una exposición callejera de varias de sus obras más recientes que fue recibida con indiferencia.
En 1868, el joven novelista Émile Zola escribió una laudatoria recensión de su trabajo en la que identificaba a Manet con la figura romántica del artista incomprendido. Tras un breve lapso provocado por la guerra franco-prusiana de 1870-1871, en la que Manet combatió como oficial de la Guardia Nacional, el marchante Paul Durand-Ruel adquirió un número considerable de obras del fondo del artista. Mantuvo buenas relaciones con los jóvenes impresionistas, muy en especial con Claude Monet, aunque siempre se resistió a participar en las exposiciones independientes organizadas por éstos; prefería ofrecer sus obras al Salón y exponerlas en su propio estudio si eran rechazadas.
En su producción de finales de la década de 1870 acentuó el naturalismo de su temática, para otorgar el protagonismo de sus pinturas a prostitutas y coquettes sorprendidas bebiendo o seduciendo a sus jóvenes amantes, y al tratamiento expansivo de la luz. Por último, Manet abandonó su técnica tradicional, el óleo, para pasar al pastel. Paralelamente, su salud experimentó un creciente deterioro a causa de una enfermedad de origen infeccioso originada en su pierna izquierda.
A pesar de ello, en 1882 participó en una importante exhibición de arte francés realizada en Londres, para cuya ocasión presentó Bar del Folies-Bergère, la última de sus grandes composiciones. Al año siguiente se le declaró la gangrena en la pierna enferma y tuvo que ser amputada, operación de la cual no pudo recuperarse y que le acarrearía la muerte poco después. La exhibición póstuma de sus obras, celebrada en enero de 1884, marcó el nacimiento de un creciente reconocimiento de su talla como artista, al que la historia ha concedido el apelativo de padre del impresionismo.
Biografías y Vidas

Comentario
Resulta difícil situar la obra de Edouard Manet; si es cierto que introdujo grandes novedades temáticas y técnicas en sus lienzos que le sitúan en el Impresionismo, todo su deseo fue triunfar en el Salón de París, el lugar oficial del momento, alejándose de los foros independientes. 
Quizá este debate proporcione mayor encanto a sus cuadros, al no saber con certeza dónde situarnos, si ante un realista reconocido o ante un impresionista por reconocer. 
Manet nace en París el 23 de enero de 1832; su padre, Auguste, era jefe de personal del Ministerio de Justicia y su madre, Eugénie-Désirée, era hija de un diplomático, es decir, formaba parte de una familia alto burguesa. Sus primeros pasos artísticos los daría a temprana edad, cuando inicia su etapa escolar. Será su tío materno, Edmond-Edouard Fournier, quien le enseñe las primeras nociones y acompañe al pequeño Edouard y a su inseparable amigo Antonin Proust al Museo del Louvre. Pero los niños prefieren dibujar las cabezas de sus compañeros de clase a tener modelos inanimados, por lo que el curso de dibujo en el que se han matriculado les decepciona bastante. Acabados los estudios en el colegio Rollin, el padre de Manet desea que su hijo inicie la carrera judicial para llegar a ser un prestigioso abogado. Pero Edouard prefiere presentarse al examen de ingreso en la Academia Naval, donde es rechazado. Su deseo de navegar es tan grande que se alista en un buque mercante, en el que llegará hasta Río de Janeiro. De regreso a París, intenta nuevamente ingresar en la Academia Naval, obteniendo el mismo resultado. Estaba claro que Manet no deseaba ser abogado, por lo que solicitó el permiso paterno para iniciar estudios de pintura. El padre accede de mala gana y Manet frecuenta el taller de Thomas Couture, cuyo éxito en el Salón de París era reciente. 
Hacia 1849 Manet se integra en el taller, enfrentándose con su maestro en numerosas ocasiones, principalmente por considerar anticuadas sus enseñanzas. Y eso que el taller de Couture era bastante progresista, al acceder al modelo y alejarse de la preparación tradicional académica. Las clases se completaban con frecuentes visitas a los museos, donde Manet sentirá gran atracción por la pintura española, especialmente Velázquez y Goya. Tiziano, Giorgione y Delacroix también atraerán al joven artista. De éste último copiará la Barca de Dante. La buena base dibujística aprendida con Couture se aprecia en toda la obra del maestro. 
En 1856, Manet abandona el taller de Couture y comparte un estudio con Albert de Balleroy, especialista en temática de caza. Ese mismo año vuelve a visitar Italia - había estado en Florencia en 1853 - viajando también por Holanda, Alemania y Austria. Rembrandt y la Escuela veneciana serán descubiertos por el maestro, que los añade a sus fuentes anteriores. De nuevo en París, continúa sus visitas al Louvre, donde conoce a Fantin-Latour, con quien entablará sincera amistad. 
Será en 1859 cuando Manet presente su primera obra al Salón de París, sala de exposiciones controlada por un jurado conservador cuyos miembros nombraba el gobierno. Era el único lugar donde si se triunfaba se aseguraba el éxito inmediato. Presentó el Bebedor de absenta, obra rechazada de manera unánime por el jurado, a excepción de Delacroix. Dos años después vuelve a intentarlo con dos obras: Retrato de M. y Mme. Manet Guitarrista español; con esta escena consigue una mención de honor y el elogio de algunos críticos. Su estilo incluye el homenaje a la pintura española del Barroco junto al empleo de sugerencias de la estampa japonesa, como la articulación de las tonalidades a través de contrastes y la renuncia al claroscuro tradicional. Estas novedades le valieron la admiración de los artistas jóvenes, en especial Degas, que se agrupan en torno a él y le animan a realizar obras más ambiciosas. El gusto por lo español, muy enraizado desde el Romanticismo y reforzado tras el matrimonio deNapoleón III con la española Eugenia de Montijo, provoca que Manet emplee esta temática en buena parte de sus trabajos: Victorine Meurent con traje de espada o Lola de Valencia, inspirada en las figuras de un ballet español que triunfaba por aquellas fechas en París. Pero de manera paulatina el artista va incorporando en sus obras escenas de la vida parisina del momento, convirtiéndose en un pintor de su ciudad; así surgen obras como Música en las Tullerías, por la que sentirá debilidad el poeta y escritor Charles Baudelaire. 
Será en 1863 cuando Manet dé el golpe definitivo a las estructuras del Salón, quizá sin pretenderlo. Un año antes había heredado la fortuna que le legó su padre al morir, por lo que no necesita vivir de la pintura, sino que tiene su propia fuente de ingresos. Así, presenta al Salón su obra más controvertida: Desayuno en la hierba que, junto a 2800 cuadros más, fue rechazado por el jurado oficial. En una actitud propagandística, Napoleón III decide crear el Salón de los Rechazados en el que se permitiría al público contemplar aquellas obras que su jurado se había permitido defenestrar. El Desayuno sobre la hierba fue totalmente censurado por la crítica, a pesar de recibir un fuerte espaldarazo de los artistas jóvenes, que se sintieron francamente atraídos por la obra. Con ella, Manet presenta un desnudo de la vida cotidiana, sin necesidad de recurrir a figuras mitológicas para mostrar la belleza femenina desprovista de ropajes. Ese mismo año, Manet frecuentará la tertulia del café Guerbois, donde se relaciona con el fotógrafo Nadar y los pintores Degas, Monet y Pissarro. Aquí se inicia claramente la relación de Manet con el grupo impresionista. 
También en 1863 se casa con Suzanne Leenhoof, a la que conocía desde que era su profesora de piano - en 1849 - con la que llevaba conviviendo mucho tiempo y con quien supuestamente tenía un hijo, Léon Edouard Köella, aunque también se piensa que sería hijo del padre de Manet. 
Al Salón de 1865 presentó de nuevo dos obras: la Olimpia y Cristo escarnecido por tres soldados. La figura de la prostituta de alto copete desnuda ante los ojos de los parisinos supuso un nuevo escándalo, aunque en el fondo no dejaba de ser un homenaje a Tiziano. Este rechazo provocó un viaje a España, donde profundizará en su admiración por la pintura de Velázquez, al que consideraba el "pintor de los pintores", homenajeándole en el Pífano; lo español vuelve a aflorar en sus obras, como observamos en el Torero que saluda
La Exposición Universal de París del año 1867 supone otro varapalo para el maestro al ser rechazado de la sección artística. Esto motivó el total apoyo de Émile Zola, quien se dedicaría a defender su obra, viéndose recompensado con el excelente retrato del año siguiente. Pero Manet consideró que el rechazo de la Exposición no era suficiente para agotar sus fuerzas, por lo que decidió montar una exposición privada, financiada con el dinero que le prestó su madre, frente a los recintos feriales de los campos de Marte. El público se burla de las obras de Manet y los críticos son muy severos, lo que provoca desolación en el artista. Como crítica a la política de Napoleón III pinta la Ejecución de Maximiliano, interesándose por la luz que se filtra por las figuras y moldea las formas, buscando la inspiración en los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya. También realiza el Almuerzo en el estudio y el Balcón, obras más intimistas con las que tampoco cosecha éxitos. 
El año 1870 no será muy agradable para el artista; primero sufrirá leves heridas en un duelo con el crítico Duranty; después será movilizado durante la Guerra Franco-Prusiana, trasladándose tras la toma de París por los ejércitos prusianos al sur de Francia. Para mostrar la impresión que le produjo este enfrentamiento militar realizó algunos cuadros, entre ellos la Barricada, y numerosos grabados. El deseo de triunfo en el Salón le lleva a presentar anualmente varias obras que son rechazadas sistemáticamente, hasta que en 1873 obtiene gran éxito con Le Bon Bock. Quizá sea éste el motivo por el que Manet no participó en la exposición de 1874 con los impresionistas, ni en las siete que vinieron después. Sinceramente, compartía muy pocas cosas con estos jóvenes artistas, aunque en el verano de ese año, durante su estancia en Gennevilliers, cerca de Argenteuil, donde vivía Monet, realizó sus obras más marcadas por el nuevo movimiento: Argenteuil, Pareja en un balandro o Claude Monet con su esposa en su estudio flotante. Sus pinceladas serán rápidas y se preocupará por los efectos lumínicos, apegándose sin embargo a los tonos negros, casi prohibidos por los impresionistas. Ese año, Berthe Morisot - una de sus principales modelos - se convertía en su cuñada, motivando su mayor interés por los conceptos del Impresionismo. 
En 1876 Manet prepara una exposición individual en su nuevo estudio de la rue Saint-Pétersbourg debido al nuevo rechazo de sus obras en el Salón. Al año siguiente presenta Nana, con el mismo resultado, aunque le admiten el retrato de Faure como Hamlet. Precisamente este cantante había comprado algunas obras a Manet, permitiéndole salir de la crisis económica que se vivía en todo París. Por estas fechas sufre los primeros dolores en el pie izquierdo, iniciándose la enfermedad que le llevará a la muerte: ataxia, que afecta a los movimientos voluntarios. Para curarse, tomará en varias ocasiones las aguas en Bellevue. Pero esta enfermedad no impide que Manet continúe con su creación: así, presentó al presidente del consejo municipal de París un proyecto para la decoración del nuevo Hôtel de Ville, sin obtener ninguna respuesta. Ahora emplea más el pastel - Bebedoras de cerveza - y realiza numerosos retratos de amigos y jóvenes que visitan su estudio, obteniendo en 1881 una segunda medalla en el Salón (con gran escándalo en los medios oficiales) y, por fin, el gran éxito con laPrimavera, un año después. Ese mismo año presentaba la Barra del Folies Bergère, con el que retoma su facilidad para mostrar la vida cotidiana de París, anticipándose a Toulouse-Lautrec. Cada vez podía pintar menos debido a su enfermedad, por lo que realiza pequeños cuadros. El 14 de abril aparece la gangrena en su pierna izquierda, amputada seis días después. 
El 30 de abril de 1883 fallecía Manet en París, publicándose numerosas esquelas en los periódicos más importantes, siendo considerado por algunos críticos como el pionero del arte francés moderno. Efectivamente, en sus escenas presentó numerosas innovaciones con las que se enfrentó al arte académico y dispuso a los jóvenes artistas para que continuaran en esa línea; pero Manet siempre consideró el triunfo en el Salón como el único objetivo de su carrera, una carrera entre el Realismo y el Impresionismo.


El pífano, Tocador de pífano


Autor: Edouard Manet 
Fecha: 1866
Museo: Museo de Orsay
Características: 161 x 97 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Comentario
Cuando Manet presentó este Pífano al Salón de 1866 - junto al Actor trágico - recibió el enésimo rechazo por parte del jurado. Esta actitud contraria de la pintura oficial hacia Manet motivó las alabanzas del escritor Émile Zola a este cuadro, expresadas en un artículo que provocó las protestas de los lectores y el inmediato cese de su puesto. El artista muestra a un pequeño instrumentista vestido con el uniforme de la Guardia Imperial. El muchacho, que pertenecía a dicho cuerpo militar, fue llevado al estudio de Manet por el comandante Lejosne, amigo común de Baudelaire y Manet. Algunos especialistas consideran que las manos y el rostro serían los de su hijo, Leon Köella, al no poder posar las suficientes sesiones el pequeño músico. La figura se recorta sobre un fondo neutro que no separa pared y suelo; sin embargo, el joven no resulta una figura plana ni se eleva sino que, al contrario, es muy volumétrica y se asienta perfectamente en el espacio. Esta sensación es conseguida al situar una pequeña sombra entre sus piernas, que recuerda al Pablillos de Valladolid que había hecho más de dos siglos atrás el genial Velázquez y que Manet había admirado en el madrileño Museo del Prado. Su atracción por el artista español se inició en las frecuentes visitas al Louvre, donde acudía a copiar obras de artistas consagrados, llegando a decir de Velázquez que era el pintor de los pintores. El homenaje a la pintura velazqueña se refuerza con la sensación de aire, que demuestra el respeto de Manet a la tradición pictórica. Al incorporar un elemento contemporáneo - como el tocador de pífano - a esa tradición, el artista une los conceptos de modernidad y tradición, unión muy atractiva para él, como se aprecia en numerosas obras - Desayuno en la hierba, por ejemplo-. Pero Manet también incorpora novedades en sus obras y aquí se observa claramente la influencia de la estampa japonesa, especialmente en los pantalones, planos y realizados con manchas lisas de color. El empleo de la estampa japonesa como referencia será habitual en la mayor parte de los artistas delImpresionismo. El perfecto dibujo, que define toda la obra del pintor, modela la figura y la hace más volumétrica. Es destacable cómo retoma su afición por los contrastes entre tonos claros y oscuros, que refuerza mediante la supresión de las tonalidades intermedias.

Desayuno en la hierba

Autor: Edouard Manet 
Fecha: 1863
Museo: Museo de Orsay
Características: 214 x 269´9 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Comentario
Esta obra fue presentada por Manet al Salón de París de 1863 con el título de El Baño. El jurado elegido al efecto la rechazó, junto a otras 2.000 obras de diferentes artistas, considerando vencedora al Nacimiento de Venus de Cabanel. Pero, en un acto propagandístico de Napoleón III, se creó con estos cuadros el Salon des Refusés - de los Rechazados - precisamente para que el público pudiera dar fe de por qué habían sido defenestrados. Los críticos fueron muy tajantes con la escena de Manet, mientras que los jóvenes artistas - quienes, más tarde, conformarán el grupoimpresionista - consideraron la obra como una muestra de vanguardismo, animando a Manet a crear imágenes de esas características y agrupándose en torno a él. Por lo tanto, El Baño se considera punto de ruptura con el arte académico y tradicional. El título de Desayuno en la hierba sustituyó al original cuatro años después. Manet pareció inspirarse en una jornada de baño en el Sena para realizar un desnudo en un paisaje, el sueño de todo pintor según el escritor Émile Zola. Para ello empleó a su modelo favorita, Victorine Meurent, junto al escultor holandés Ferdinand Leenhoof - hermano de Suzanne, su futura esposa - y a su propio hermano, Gustave. Los tres se sitúan entre los árboles, apreciándose el Sena al fondo y a otra joven que sale del baño; la mujer desnuda ha colocado sus vestidos a su izquierda, junto a una cesta de fruta. Por supuesto resulta chocante el contraste entre la desnudez de la joven y los dos hombres que la acompañan, siendo ésta la gran novedad de la imagen. Y es que Manet buscó su inspiración en las "fiestas galantes" del último Barroco francés - en las que también aparecían mujeres desnudas junto a hombres vestidos - empleando como modelos el Concierto campestre de Tiziano - atribuido por aquellas fechas a Giorgione - y un Juicio de París de Rafael, grabado por Raimondi. En estas fuentes clásicas aparecen asimismo las figuras femeninas desnudas pero no habían supuesto ningún escándalo. ¿Y por qué esta escena, aparentemente continuadora de la tradición clásica, sí motivó un fuerte escándalo en el Salón? Porque suponía una muestra de la modernidad, al ser una joven burguesa cualquiera la que posaba desnuda ante dos hombres. Manet ya había recurrido a emplear imágenes modernas junto a elementos clásicos en otras obras - Ninfa sorprendida o Muchacho con espada - pero nunca con tanta fuerza como en Desayuno en la hierba. Por lo tanto, sería rechazada por un jurado que, admitiendo desnudos en el Salón, no podía permitir que este canto a la vida moderna se exhibiera en las paredes del recinto oficial. En referencia a los tonos empleados, resulta sorprendente el contraste entre los negros trajes masculinos y la clara desnudez de la modelo, que elimina las tonalidades intermedias para marcar aún más ese contraste. El empleo del negro puro no era muy académico, por lo que las obras de Manet siempre eran censuradas por críticos y jurados oficiales. Al fondo recurre al abocetado que caracteriza sus primeras escenas, quizá para marcar la sensación de profundidad y de aire, como hizo Velázquez, uno de sus pintores favoritos. El fuerte foco de luz incide directamente sobre el grupo, sin apenas crear sombras, apreciándose aquí la influencia de la estampa japonesa. Resulta interesante mencionar el excelente dibujo del que siempre hará gala el artista, aprendido en el taller de Couture y en las largas sesiones del Louvre copiando a los clásicos, que sirvieron siempre de referencia al pintor.

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